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InicioVIAJAR EN AUTOCARAVANA Y CAMPEREuropaDe Lisboa al cabo de San Vicente en AC o camper

De Lisboa al cabo de San Vicente en AC o camper

Os proponemos un viaje en autocaravana o camper por Portugal, país hermano que alberga una infinidad de rincones de ensueño repartidos entre conjuntos arquitectónicos como el punto de inicio de la ruta, Lisboa; o enclave naturales costeros donde nos será difícil elegir fondo de pantalla para despertar en nuestra AC o camper.

Vista panorámica de Lisboa, Portugal.

Pernocta

A lo largo del reportaje os recomendamos algunos enclaves cómodos y prácticos para pernoctar con autocaravana o camper. No obstante, más allá de los emplazamientos que podemos usar para la pernocta de forma improvisada, durante la ruta en autocaravana o camper que os proponemos existen también, como es lógico por la importancia de sus enclaves, multitud de áreas de autocaravanas y campings donde poder acceder además a servicios como vaciado de residuales e inodoro químico, electricidad o recarga de agua entre otros.

Por su amplitud en número, consideramos oportuno ofreceros la lista de los mismos en la ficha donde ampliamos información en todos nuestros reportajes, para que seáis vosotros mismos los que elijáis entre tanta oferta, cual se ajusta más a vuestras necesidades.

Lisboa y su casco histórico

La Baixa, casco histórico de Lisboa.

Iniciaremos nuestro recorrido por la conocida como La Baixacasco histórico de Lisboa. Tuvo que ser reconstruido en el s.XVII después de que un terremoto arrasara buena parte de la ciudad. El Marqués de Pombal fue el encargado de restaurar la zona central, para la que eligió un estilo clásico y geométrico, en el que los espacios abiertos cobran un gran protagonismo.

 

Uno de los lugares más emblemáticos e impresionantes de esta parte de la ciudad es la Plaza del Comercio, ubicada en el mismo lugar donde se levantaba el palacio Real antes del terremoto. La plaza destaca también por la belleza de los edificios que la rodean y por poseer un impresionante Arco del Triunfo de estilo barroco en una de sus entradas.

Como punto de pernocta para vuestra autocaravana o camper os recomendamos el parking para AC’s de la zona portuaria de Lisboa, a pocos metros de la céntrica Plaza del Comercio, la entrada se realiza por la avenida Infante Dom Henrique. Las coordenadas GPS son 38°42’34.7″N 9°07’41.2″W. El aparcamiento esta vigilado, es descubierto y tiene una precio de 8 euros/día.

Playa del Comercio, Lisboa.

Rua Augusta y Alfama

Si salimos atravesando el arco de la plaza llegaremos hasta la Rua Augusta, una de las calles más comerciales de La Baixa, que se encuentra flanqueada por antiguas avenidas que ocupaban los gremios. Si el tiempo es bueno, aconsejamos disfrutar de las vistas y del ambiente de la Plaza del Rossio con una copa de vino y una tabla de los quesos típicos de la zona. Los más golosos pueden aprovechar la parada para probar la «Ginjinha», un licor de cerezas muy dulce y muy característico.

Plaza Rossio, Lisboa.

Otras plazas que merece la pena conocer son la de los Restauradores, que debe su nombre a los portugueses que se rebelaron contra la dominación española en 1640; y la de Figueira, desde donde debemos tomar el tranvía 28, que nos llevará hasta el Castillo de San Jorge, en el Barrio de La Alfama.

Construido en el s.V por los visigodos y restaurado en 1938, este monumento se ha convertido en uno de los más representativos de la ciudad, ya que está situado en la zona más alta de Lisboa, concretamente en la cima de San Jorge, y se ve desde casi todos los puntos de la villa. A escasos minutos de la fortaleza se halla la Catedral, conocida comúnmente como la Sé de Lisboa, de estilo románico.

Un atardecer bohemio

Elevador de Santa Justa, Lisboa.

Al anochecer aconsejamos volver hasta la Plaza de los Restauradores para tomar el Elevador de Santa Justa o el Elevador Da Gloria, que nos llevarán hasta el Chiado, el barrio más bohemio de Lisboa. En la Rua Garret se encuentra el café A Brasileira, donde la mayoría de los turistas hacen una parada para fotografiarse junto a la escultura de Fernando Pessoa. Los amantes de los fados pueden encontrar en este barrio numerosos locales donde disfrutar en directo de este espectáculo musical.

A la mañana siguiente, debemos dirigirnos hacia la Plaza del Comercio y tomar allí el tranvía número 15, que nos llevará en apenas 20 minutos al Barrio de Belém. Allí se esconden dos grandes joyas monumentales: el Monasterio de los Jerónimos, que cuenta con una iglesia y un claustro preciosos, y la famosa Torre de Belém.

En esta zona también aconsejamos visitar el Puente 25 de Abril, considerado el más largo de Europa (2.277 metros), el Monumento a los Descubrimientos y el Museo Nacional de Carruajes.

Torre de Belém al atardecer, Lisboa.

La costa de Lisboa

Palacio de Pena, Sintra (Portugal.

Tras pasar unos días en la capital portuguesa, pondremos rumbo a Sintra por la A-5 y la A-9. Esta villa, a la que Lord Byron describió como «el paraíso», alberga un precioso casco histórico que debemos recorrer a pie, en el que predominan las callejuelas estrechas, los restaurantes y las tiendas de productos típicos y souvenires. No obstante, el monumento más conocido de la ciudad es el Palacio da Pena, ubicado en lo alto de una cumbre de unos 500 metros de altitud, a la que se puede acceder dando un largo paseo o en autobús.

El precio de la entrada al palacio supera los 10 euros, pero merece la pena si quieres conocer una joya del s.XIX, inspirada en los castillos alemanes de Baviera. Cerca se puede visitar también el Castelo dos Mouros, que goza de una privilegiada vista de este magnífico entorno natural.

Un enclave para el aparcamiento y pernocta empleado por muchos autocaravanistas y usuarios de camper, es el parking situado junto a Museo Anjos Teixeira. Pincha aquí para ver su ubicación. Nuestro viaje continúa por la costa lisboeta y nos lleva directamente hasta la localidad marinera de Cascais.

Pasear por sus calles estrechas es una buena manera de conocer el encanto de la ciudad, aunque si el tiempo es bueno, recomendamos dedicar una jornada a descansar en una de sus playas. También en Estoril, nuestro próximo destino, hay espectaculares calas donde darse un baño y practicar deportes náuticos, además de un famoso casino que recomendamos visitar.

Vista aérea de la costa de Estoril, Portugal.

Rumbo al sur

Puerto de Portimão, Portugal.

Tras reponer fuerzas en la playa, cogemos autocaravana o camper y nos dirigimos hacia la localidad de Portimão, en el Algarve portugués. Esta enclave, muy concurrido en los meses de verano, sufrió como toda la zona los devastadores efectos del terremoto de 1755, aunque de su antiguo esplendor todavía quedan algunos monumentos, como la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, que conserva del s.XV la entrada gótica, la gárgola y los contrafuertes.

Portimão es, además, un lugar donde poder pasear y practicar un sinfín de deportes náuticos en algunas de sus playas, entre las que destaca la inmensa playa de Rocha. También podemos realizar excursiones en barco para explorar las grutas y los túneles naturales o ver delfines, jugar al golf y disfrutar de su variada oferta cultural.

Playa de Rocha, Algarve (Portugal)

Hacia el fin del mundo

Por la carretera de la costa, continuamos circulando hasta Vila do Bispo, a 60km. Desde aquí bajamos hasta Sagres, atravesando el parque natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina. Unos kilómetros antes de llegar podemos ver, a la izquierda las grutas del Monte Francés.

Puerto de Sagres, Portugal.

Ya en la ciudad de Sagres debemos visitar el promontorio, donde los escarpados acantilados caen en picado sobre el océano. Desde este histórico cabo, el viajero podrá disfrutar de una deslumbrante panorámica conformada por las ensenadas de Sagres, el cabo de San Vicente y la inmensidad del Océano Atlántico. Está presidido por la fortaleza o Castillo de Sagres, construido en el s.XV y, más tarde, reconstruido al ser severamente destruido por el pirata inglés Francis Drake y por el terremoto.

Destaca en él, un impresionante portón de estilo neoclásico, la gigantesca rosa de los vientos diseñada en el suelo con piedras y la iglesia de Nossa Senhora de Graça.

En este punto tomamos una pequeña carretera que bordea la ensenada de Beliche y que nos llevará al extremo más al suroeste de la Europa peninsular: el cabo de San Vicente. El cabo de San Vicente, al igual que Finisterre, está rodeado de misterio y leyendas, puesto que antes de saber que la tierra era redonda, ambos se consideraban el final de la Tierra y se creía que en estos lugares el sol se hundía todas las noches hasta el día siguiente.

Faro del Cabo de San Vicente, Sagres (Portugal).

Seguro que os ha resultado útil e interesante esta ruta, así que ¡enviadnos vuestros viajes para que podamos inspirarnos, compartir y coleccionar más momentos inolvidables!

Créditos de las imágenes: vichie81/shutterstock.com, PeterZaharov/shutterstock.com, S-F/shutterstock.com, ESBProfessional/shutterstock.com, valthoermer/shutterstock.com, OliverHoffmann/shutterstock.com, SeanPavone/shutterstock.com, SamuelBorgesPhotography/shutterstock.com, krzyzak/shutterstock.com, joyfull/shutterstock.com, dvoevnore/shutterstock.com

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