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De Miami a Chicago en autocaravana (1)

Empezamos nuestro viaje en el Aeropuerto de Madrid Barajas, a donde llegamos con un vehículo de Zity (12€), para coger el vuelo de las 15:30 que nos trasladaría hasta Miami, a donde llegamos a las 18:45, hora local. Una vez en el aeropuerto, cogimos un Uber (49$) para trasladarnos hasta el Motel Garden INN Homestad (50$, pésimo, no se parecía en nada a las fotos de la reserva. Por la mañana nos descontaron el 50% tras nuestras quejas), próximo al concesionario donde recogeríamos nuestro RV a la mañana siguiente.

Por Encarnita y Carlos

Consideraciones previas

Preparamos nuestro viaje con una clase de servicio que ofertan todas las compañías de alquiler de vehículos recreacionales (RV en inglés). Dado la enorme cantidad de vehículos RV que existen en Estados Unidos y la gran extensión del mismo, es necesario moverlos de un estado a otro, o incluso, distribuirlos desde las fábricas de los mismos, a los diferentes concesionarios a lo largo del país, operación que les sale muy costosa.

Es cuando estas compañías de alquiler (El Monte, Cruise América, Apollo, entre otras) ponen en oferta los desplazamientos a un coste muy inferior al precio real. Eso sí, estas recolocaciones deben realizarse en las fechas y en el tiempo que ellas determinen (por ejemplo, y en nuestro caso, fue llevar una RV desde Miami a Chicago, a primeros de junio y en 8 días).

En los preparativos de un viaje de este tipo, se puede optar por buscar las recolocaciones de cada compañía de RV, o utilizar un buscador general para estas ofertas, como así hicimos nosotros. El buscador que usamos fue Imoova, una compañía australiana que ofrece en su página web recolocaciones al precio de 1$ al día, en países como Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda o Europa (las recolocaciones de las propias empresas de RV son bastante más caras).

En esta web te dan todos los datos necesarios (itinerarios, fechas de las recolocaciones, días empleados para realizarlas, tipo de RV, así como ofertas de días adicionales o de combustible). El precio por reservar a través de esta web es 25$.

campgrounds

No todos los estados permiten acampar libremente. En líneas generales, se da el caso que en la mitad este de los Estados Unidos es obligatorio pernoctar en campings, mientras que en la mitad oeste, varios estados permiten la acampada libre, por lo que debemos informarnos previamente. Nosotros utilizamos la app de Allstays, donde podemos ver todos los datos de los campings, por estado o por localidad. En ella salen todo tipo de campgrounds, oscilando el precio entre 20$ a 50$.

día 2

Nos trasladamos a primera hora hasta El Monte RV en Princeton con la intención de ir adelantando el pick-up, pero nos dijeron que hasta las 13:30 horas no podría hacerse, por lo que pasamos la mañana recorriendo los Malls de la zona de Homestad.

De vuelta al concesionario, dos sorpresas: Primera, que el vehículo elegido en la web de Imoova un RV Tipo C de 5 plazas, no era el que debíamos “recolocar”. El sustituto sería uno tipo A, que corresponde a un autobús de 8 plazas (es por ello que recomendamos leer detenidamente el contrato.

En efecto, en uno de sus apartados, que nos pasó desapercibido, la compañía de RV se reserva el derecho de modificar la reserva del vehículo atendiendo a su demanda). Ni que decir tiene que nos quedamos alucinados, viendo las dimensiones de lo que sería nuestro hogar en los próximos 11 días.

La segunda sorpresa, menos agradable, sería que, en los contratos que figuraban en El Monte e Imoova, no coincidían los días de la reserva. El problema surgió al querer ponernos en contacto con Atención al Cliente de Imoova. Al ser una compañía australiana, el horario comenzaba a las 17:30 hora local de Miami, pero el concesionario cerraba a las 16:30, por lo que tuvimos que retirarnos a un hotel para continuar con las gestiones (de ahí que recomendemos, una vez hecha la reserva, ponerse en contacto con la compañía de RV para confirmar las condiciones).

El hotel que elegimos, a través de la web Hotelnight fue el Arya, en Coconut Grove (excelente, 75$, aunque con un servicio de bar muy caro, la cerveza a 12$). Las gestiones realizadas con Imoova fueron positivas, pues se cambiaron las fechas de la nueva reserva.

día 3 (116 km)

Comenzamos el día trasladándonos en Uber de nuevo a Princeton para iniciar los trámites de alquiler del RV. Después del correspondiente papeleo, viene la presentación de la unidad que llevaríamos. Se hizo un exhaustivo chequeo fotográfico de arañazos y pequeños desperfectos, y nos mostraron el uso de los diferentes componentes del vehículo (generador, depósito de propano, depósito de gasolina, manipulación de las aguas grises y negras, las diferentes mangueras de luz, agua y aguas negras, así como el uso de la cocina de gas, o de la extensión lateral y el toldo).

Todo es muy sencillo, los depósitos están controlados por un panel indicador, y el vehículo es de cambio automático.  Mención aparte es destacar la magnifica atención prestada por el personal de El Monte RV. Salimos del concesionario a las 16:00 horas y poniendo rumbo a la costa oeste de Florida. Debido a la hora que era, cambiamos los planes iniciales y pernoctamos en un campground del Evergaldes National Park, el Trail Lakes Campground (regular, 55$, agua+luz, pero con servicos muy básicos).

Como aún no habíamos podido hacer una compra general, nos trasladamos hasta el cercano pueblo de Everglades (precioso lugar) para hacernos con agua y algo para cenar.

día 4 (219 km)

Nos pusimos en moviento a las 09:00 horas, dejando atrás los Everglades para dirigirnos hacia la costa del Golfo de México. La primera parada la hicimos en un Wal Mart Supercenter cercano a Naples, para comprar lo necesario para comer los próximos días. Después, continuamos nuestra ruta hacia Naples, una bonita ciudad, retiro de la gente acaudalada que la prefiere al bullicio de Miami. Circulamos por el Gulf Shore BLVD.

disfrutando de la vista de las magníficas mansiones, desde una posición preferencial por la altura de nuestro RV. Nuestra intención era parar en una de las bonitas playas de la zona, Lowdermilk Beach o Bonita Beach, pero era imposible estacionar, por lo que continuamos por la costa hasta Fort Mayers Beach, para recorrer las islas de Sanibel y Captiva.

El acceso a la isla de Sanibel se hace a través de una carretera de peaje (3$ coches, 6$ RV´s). El recorrido es espectacular, atravesando varios puentes, con unas preciosas vistas del mar y de los cayos, a uno y otro lado. Seguimos la carretera hasta la siguiente isla, Captiva, igualmente espectacular, con bonitas mansiones a ambos lados de la ruta. Regresamos por el mismo camino, tomamos dirección a Fort Mayers, y por el Mc Gregor Blvd. (también muy bonito, con sus mansiones y casas) nos dirigimos al campground donde pernoctaríamos esa noche, el Upriver RV Resort, en Fort Mayers North (excelente, 46$, con parcela de cemento, agua+luz+desagüe o dump, e incluso piscina). Tras un baño reparador, cena en el RV.

día 5 (257 km)

Iniciamos el viaje, siempre siguiendo la costa por la carretera 41, en dirección a Venice. No pudimos entrar en su playa, por lo que continuamos por la Casey Key Rd., una carretera escénica muy bonita, aunque un poco estrecha, con espectaculares mansiones a ambos lados. Seguimos ruta hasta Cayo Siesta, y de ahí continuamos hasta St. Petesburgo.

Dejamos la 41, en la que iniciamos nuestro viaje desde Miami, para incorporarnos a la Interestatal 275, para así atravesar el espectacular puente sobre la Bahía de Tampa, el Sunshine Skyway Bridge (1´5$ de peaje) y así ahorrarnos también una hora de viaje. Nuestro siguiente destino fue el campground Koa ST. Petesburgo Madeira Beach (muy bueno, 63$, con parcela frente al manglar, agua+luz+dump, y piscina).

Por la tarde, nos acercamos con un Lift (9$) a Madeira Beach, para pasear por el conocido John’s Pass Village, una zona muy concurrida de tiendas, restaurantes y con buenas vistas de la Bahía de Tampa. Cenamos en el muelle, en Friendly Fisherman Restaurant (bien, 38$) y regresamos a nuestro RV a tiempo de evitar una repentina e imponente tormenta.

día 6 (396 km)

Comenzamos el día siguiendo por la costa, por el interesante Gulf Blvd., en dirección a Clearwater Beach. Para ello, cogimos la carretera 19 hasta Crystal River, una ciudad famosa por los avistamientos de manatíes. Durante el recorrido, comimos en el parking de un Wal Mart y aprovechamos para hacer unas compras. Como existía una amenaza cierta de tormentas e inundaciones en la costa del Golfo, nuestra primera intención de dirigirnos a TallaHasee y Pensacola se vio frustrada, por lo que optamos por cambiar la ruta y dirigirnos hacia el interior de Florida.

Durante el recorrido llovía de una forma torrencial, por lo que por seguridad, tomamos la Interestatal 75 para dirigirnos a Jennings, uno de los últimos pueblos de Florida antes de entrar en el Estado de Georgia. Nos alojamos ahí, en el Koa Jennings (muy bueno, 53$, parcela frente a un lago, agua+luz+dump, y piscina). Cenamos en el RV.

día 7 (380 km)

Continuamos nuestro viaje tomando de nuevo la Interestatal 75, durante un corto trayecto, para desviarnos a continuación, por la carretera 82, hasta Columbus. Desde ahí, tomamos la Interestatal 185 en dirección a Lagrange, ya en el Estado de Georgia.

Esta Interestatal forma parte de la Scenicbyways, la ruta de las carreteras escénicas de los Estados Unidos. A lo largo de la misma, árboles, árboles y más árboles. Un bosque inmenso y continuo. A media mañana, nos detuvimos a comer en un pueblecito muy pintoresco que encontramos en la ruta, Parrot, de casas de ladrillo, semiabandonadas, y dedicado a la venta de antigüedades.

Llegamos a Lagrange, un pueblo con un downtown muy característico, y continuamos unas pocas millas más hasta llegar al campground Pyne Road Park (precioso, 24$, situado en pleno bosque y a orillas del lago West Point Lake, agua+luz).

día 8 (267 km)

El objetivo del día de hoy era visitar el Cheaha State Park, al que nos dirigimos a través de la carretera 431, un itinerario muy interesante por pueblos y bonitos paisajes. La carretera que nos llevó hasta el Cheaha Mountain, en el corazón del Parque, era igualmente preciosa, estrecha pero en muy buen estado.

Una vez en el monte, el más alto del Estado de Alabama, con 734 metros, pagamos 5$ p/p para acceder, y pudimos entrar con el RV y recorrer un breve itinerario alrededor de la cima. Estuvimos un rato en la terraza del restaurante, desde donde las vistas del Parque y sus bosques son espectaculares. Un consejo: no merece la pena pagar por acceder en vehículo. Se puede estacionar justo antes de la entrada y después de un corto paseo, llegar a la cima y sobre todo, admirar las magníficas vistas desde la terraza del restaurante.

Continuamos nuestro viaje, siguiendo también la bonita 431, hasta llegar a lo que sería nuestro sitio para pernoctar esta noche, el Honeycomb Campground, en las inmediaciones de Guntersville (precioso, 36$, agua+luz+dump, con playa al Guntersville Lake). Aprovechamos para hacer uso del servicio de lavandería, y después cenamos a la orilla del lago.

día 9 (277 km)

Iniciamos el día tomando la ruta que nos llevaría a la localidad de Lynchburg, mundialmente conocida por ser la sede y el origen de la Jack Daniel’s Distillery. Una vez llegamos al pueblo, éste nos pareció bonito y pintoresco. Estacionamos en el parking del Centro de Visitantes, e hicimos el tour de visita a las instalaciones (tour con degustación, 25$ p/p, durante 70 minutos).

La visita era guiada y, aunque sólo en inglés, fue muy interesante. Como anécdota, cabe mencionar que, aunque al final se catan cinco tipos de bourbon, la cantidad es tan pequeña que no daríamos positivo en un control de alcoholemia, y así no demandaríamos a la destilería por darnos de beber sabiendo que tenemos que conducir (cosas de los americanos).

Comimos en uno de los restaurantes del pueblo, en el Bar-B-que Caboose Cafe (34$, costillas ahumadas a la brasa, hamburguesa de carne mechada y refrescos. Hay que recordar que en el Estado de Tennessee, el consumo de alcohol está prohibido). Después de un pequeño paseo por Lynchburg, continuamos nuestro viaje. Debido a la hora que era, decidimos quedarnos en un campground cercano a nuestra ruta al norte, y escogimos el Piney River Escape, situado en Wrenn Hollow, en plena campiña de Tennessee (regular, muy básico, 35$, agua+luz, y parcela en un prado, apartada del río).

día 10 (499 km)

Comenzamos la jornada de hoy saliendo con cierto esfuerzo del laberinto de carreteras donde se encontraba el campground. Cruzamos el norte del Estado de Tennessee, entre paisajes muy bonitos de granjas y bosques, hasta llegar a Dover, el pueblo situado en la entrada sur del Parque Land Between The Lakes, que atravesamos hasta salir por su entrada norte, en Grand Rivers. La carretera que cruza el Parque es un bonito recorrido escénico.

Ya que nos quedaba un largo trecho hasta nuestro próximo destino, la ciudad de San Luis, en el Estado de Misuri, decidimos utilizar varias interestatales. Fue el recorrido más largo de nuestro viaje, 5 horas, pero mereció la pena. Ya en San Luis, una de las ciudades más importantes a orillas del Río Misisipi, pasamos la noche en un campground situado a sólo 8 minutos del downtown de la ciudad, el Casino Queen RV Park (un tanto desangelado, por encontrarse en una explanada enorme del Casino Queen, pero con todos los servicios, 48$, agua+luz+dump).

Una vez instalados, pedimos un Lift y nos dirigimos al downtown de la ciudad, para recorrer la Plaza Kiener y visitar el famoso arco Gateway Aarch, al cual se accede hasta lo más alto a través de unas curiosas cápsulas por el interior del mismo (14$ p/p). Desde arriba, las vistas de la ciudad y del río Missisipi, al atardecer, son espectaculares.

En la planta baja, se encuentra una interesantísima exposición sobre la historia de la ciudad, que fue puerta de entrada en la colonización del oeste de los Estados Unidos. Cenamos en la plaza, en el TGI Fridays (24$) y regresamos en un Lift al campground.

día 11 (270 km)

Comenzamos hoy la segunda etapa de nuestra aventura, que no era otra que recorrer las márgenes del río Missisipi en su fluir por los Estados de Misuri e Illinois. La primera parada de este día fue en el pueblo de Alton, próximo a San Luis. Al llegar al mismo, comprobamos que la parte más próxima al río se encontraba inundada.

Nos enteramos en ese momento que la crecida del río por las lluvias de hacía un mes fue la más importante y catastrófica en muchos años. Todos los pueblos de su ribera estaban afectados, en mayor o menor medida, incluida la carretera escénica 100. La siguiente parada era Elsah, preciosa localidad a la que no pudimos acceder por encontrarse cortada la carretera.

Continuamos hasta Grafton, también parcialmente inundado, al que entramos por carreteras interiores. Aquí, un edificio centenario, el Hotel Ruebel Saloon, se había librado por poco de la crecida. Comimos en su terraza, a orillas del río desbordado (bien, 38$, alitas de pollo, fritura de pescado y cervezas). Viendo que toda la carretera a lo largo del río estaba afectada por la crecida, desistimos visitar otros pueblos, como Clarkville o Hannibal.

Decidimos ir directamente hasta la ciudad donde pernoctaríamos, Quincy, por carreteras interiores. Nos alojamos en un campground cercano a la ciudad, el Driftwood Campground & RV Park (bien, en parcela de cemento, 35$, agua+luz+dump).Ya instalados, nos trasladamos en Lift para visitar la ciudad. Durante el recorrido, vimos muchas casas centenarias de ladrillo rojo, que daban muestra del pasado esplendor de Quincy.

Vimos la Casa del Gobernador, un edificio magnífico aunque cerrado a esa hora, y caminamos hasta Villa Kathrine, un extraño palacio de inspiración marroquí usado como Centro de Visitantes. Seguimos caminando hacia el centro y pasamos por el Washington Park, donde se estaba celebrando un concierto de música blues al aire libre al que nos apuntamos (cena en los puestos del parque 20$).

  • ¡Sigue la segunda parte del viaje de Encarnita y Carlos!

Créditos de las imágenes: Encarnita y Carlos

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