El otoño es, probablemente, la mejor estación para visitar La Rioja. Con la vendimia en plena ebullición o recién terminada si vas a finales de octubre o en noviembre, y mientras comienzan a llegar los primeros racimos de uva tinta a las grandes bodegas, disfrutar del mosaico de colores que ofrece el paisaje donde mandan los ocres, rojos, morados y amarillos y empiezan a crecer las setas, invita a seguir en autocaravana los pasos del vino por los valles riojanos, de manera pausada y disfrutando de cada instante.
Multitud de experiencias para este otoño
La Rioja es una región pequeña, por lo que un fin de semana en autocaravana nos permitirá, por ejemplo, visitar alguna bodega y verla en plena actividad, pero también mezclar campo y ciudad, hacer senderismo y alguna ruta histórica y cultural. De hecho, la región te ofrece para este otoño multitud de experiencias con actividades para todo los públicos y a cualquier hora del día. Dadas, también, las dimensiones de la región, puedes alojarte en un punto concreto y moverte desde allí. Nosotros elegimos en nuestro último viaje el camping de Haro, ubicado en la capital vitivinícola de La Rioja, muy tranquilo en esta época del año y con servicios para el autocaravanista.
La cuna del castellano
Desde Haro, una visita obligada tanto si vas en pareja como en familia es San Millán de la Cogolla, cuna del castellano en los monasterios de Suso y Yuso. Desde Haro, y pasando por Santo Domingo de la Calzada (que merece una parada y visita) te llevará poco más de media hora en llegar a las puertas del monasterio de Yuso (abajo), donde podrás aparcar para visitar el monasterio (no hace falta reservar).
Para visitar el monasterio sólo se puede hacer con guía y el recorrido dura aproximadamente una hora, que se te pasará volando con las explicaciones, curiosidades, detalles sobre arquitectura, etc. Desde el Salón de los Reyes con esas glosas emilianenses inicio del castellano y el euskera escrito al claustro bajo, la iglesia catedralicia, la sacristía y el claustro superior, donde impacta la colección de cantorales que allí se guardan, gigantescos libros con hojas de piel que podían pesar entre 20 y 60 kg, la visita merece mucho la pena (la entrada cuesta siete euros).
En el aparcamiento de Yuso debes dejar también la autocaravana para subir hasta Suso (no se puede subir con el vehículo pero hay un microbús que te lleva desde la puerta del monasterio de Yuso, donde hay que reservar previamente la entrada, aunque te aconsejamos que realices el paseo a pie, son unos dos kilómetros de subida por un bello paisaje entre el bosque). Y aunque la visita al monasterio de Suso es bastante corta, merece la pena que te cuenten la historia de esas tres pequeñas cuevas excavadas en la roca que alberga.
Viñedos en familia
Volviendo a Haro y a las zonas de enoturismo, para descubrir las viñas de una manera mucho más divertida que a pie, sobre todo si vas con niños, puedes probar una de las originales propuestas que los riojanos ofrecen en los últimos años: talleres de cata para niños desde la oficina de turismo de Haro, rutas en Segway entre las cepas, paseos a caballo por las inmediaciones de Navarrete o en carruaje desde Logroño, rutas en bici de montaña por el parque de la Grajera, o vuelos en parapente a motor sobre el mar de viñedos, son algunas de sus propuestas.
Tras la ruta, merece la pena visitar una bodega y ver cómo es el proceso desde que entra la uva hasta que salen las botellas con los mejores caldos. En esta ocasión nosotros nos decantamos por las bodegas del barrio de la estación de Haro, un enclave que presenta la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo y en concreto por Muga, pero puedes elegir cualquiera de las que allí se alinean y convertir una mañana o una tarde en un viaje por el tiempo siguiendo la evolución del vino y la arquitectura del último siglo. En algunas, además, podrás quedarte a comer tras la visita.
Rutas de senderismo
Si te decantas por el senderismo, uno de los mejores lugares de la Rioja Alta para esta actividad es la Sierra de Cebollera, al sur de La Rioja, en el alto valle del río Iregua, formada por bosques naturales de pino silvestre, haya y roble que esconden increíbles arroyos de montaña, con saltos de agua y pequeñas cascadas.
El acceso con autocaravana es muy sencillo, por la carretera N-111 que comunica Logroño con Soria, tomando el desvío a Villoslada de Cameros. Y, aparte del paseo a pie, no puedes irte sin visitar algunos de los pueblos de la zona, como Villoslada de Cameros, donde la arquitectura tradicional de piedra sigue viva, o la bella localidad de San Andrés.
Y si aprovechas estos primeros días de octubre para tu escapada, en el valle de Ezcaray y las zonas altas de la Sierra de de La Demanda aún podrás vivir el espectáculo de la berrea del ciervo. ¡Apúntate a una excursión en 4 x 4 y disfruta de una experiencia única!
Gastronomía riojana
Y aunque el otoño riojano huela a vino y sepa a hongos, la gastronomía tiene mucho más que ofrecer en esta época en la que ya apetecen los guisos de cuchara con verduras y legumbres de la tierra, las patatas a la riojana, el bacalado los asados y, tal vez, dejar un hueco en el estómago para disfrutar de la golmajería (los dulces artesanos tradicionales), sin olvidar una parada en la ruta de tapeo, en las calles Laurel y San Juan de Logroño, siempre acompañados de una copita del vino de la tierra o de un mosto para los peques de la casa. Como ves, el eslogan #lariojaapetece se hace presente en cualquier momento del año.
¿Dónde dormir en esta ruta?: Descárgate nuestra app gratuita AutoC en Ruta y encuentra el área de pernocta o camping con área para autocaravanas más cercano. Y si prefieres llevarte la guía en papel, puedes adquirirla aquí.
Seguro que os ha resultado útil e interesante esta ruta, así que ¡enviadnos vuestros viajes para que podamos inspirarnos, compartir y coleccionar más momentos inolvidables!
Créditos de las imágenes: La Rioja Turismo