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El placer de viajar en autocaravana

Cuando sus amigos le preguntan por la posibilidad de adquirir una autocaravana, Javier Bruna siempre contesta lo mismo: para adquirir una autocaravana es necesario que te gusten la vida al air libre, conducir y viajar. Y si hace unos días Javier, viajero empedernido, compartía con nosotros cómo prepara él su viaje de verano cada año, nos cuenta cómo disfruta del viaje, del placer de conducir.

ford-volante«Es una sensación difícil de describir la que se siente al ver cómo el paisaje discurre por la ventanilla; cómo va cambiando conforme aumenta la latitud y cruzas fronteras. Y cuando te detienes para descansar y pones pie en tierra y te das cuenta de que no hablan tu idioma, no tienen tus hábitos, tu forma de pensar, de comer…, sientes la sensación de ese explorador que descubre nuevos mundos. Al fin y al cabo, es lo que somos: pequeños exploradores de nuevos mundos para nosotros como personas.

garaje-autocaravana¡Se acerca el día de partida! Varias noches van ya que no duermes pensando en el viaje. El estómago te transmite una cierta opresión cuando piensas que el momento está cercano: el miedo a lo desconocido, a lo que pasará, a la carretera…, te genera ese nudo en el estómago. Todo está revisado y planificado hasta el último detalle: los tanques, llenos de agua limpia; vacíos los de negras y grises; el wc químico, limpio y dispuesto; las luces y motor, recién revisados; el depósito de combustible, repleto; los neumáticos, a la presión adecuada; las bombonas de gas, por estrenar; la poca ropa necesaria, en sus armarios, sin olvidar que vamos hacia el norte y allí hace frio; la comida, para no estar trasegando de un lado para otro, desde el supermercado a casa, de casa al coche, del coche a la autocaravana…, la compraremos en el camino, al pasar por ese hiper que tenemos cerca del garaje de la autocaravana, y nos ahorramos trabajo. Será la primera parada de este gran viaje.

Son las nueve de la mañana cuando, por fin, se pone el motor en marcha. Ya no dejará de girar en 25 días, salvo para descansar unas horas en la jornada. Comienza el viaje tan esperado y tan planificado a lo largo de los meses pasados, y con ello la larga travesía hacia la zona de destino. Curiosamente, ese nudo en el estómago que se te hacía al pensar en la carretera, desaparece como por arte de birlibirloque en cuanto salimos al tráfico rodado. Es como si, por el hecho de tener en las manos el volante, dispusiéramos del control absoluto de lo que acontece en la carretera. El caso es que nos sentimos pletóricos: se inician el tan esperado viaje y las tan merecidas vacaciones. Caras de alegría a bordo, la música acompaña el suave ronroneo del motor, el sol espléndido que ya calienta como corresponde a la época del año, se sitúa a media altura, lo que resulta molesto cuando nuestro rumbo apunta al este. Es el problema de los vehículos con grandes lunas y altura como nuestros AC’s. Por ello, no viene mal tener a mano una gorra o sombrero que nos proteja en esas horas en que el sol asoma por nuestras ventanillas.

viaje-weinsbergTras la parada obligada para comprar la comida no perecedera, y la perecedera de consumo inmediato, se reanuda el viaje. Hay por delante 700 km hasta llegar al planificado punto de pernocta. Teniendo en cuenta que son las diez de la mañana, se presupone llegar sobre las 21 horas. Es recomendable no conducir más de ocho o nueve horas diarias, y siempre haciendo paradas cada tres o cuatro horas (en función de la capacidad de cada cual), con no menos de media hora para estirar las piernas, tomar algo de líquido y descansar.

A lo largo de la travesía utilizaremos los aparcamientos de áreas comerciales para descansar, mientras el resto de la tripulación aprovecha para hacer el avituallamiento de alimentos frescos o necesarios. Si no es posible un área comercial, será adecuado cualquier espacio contiguo a la carretera, protegido del tráfico y, a ser posible, con sombra, lo cual es complicado en las horas centrales del día. A veces, y según la planificación, circularemos por autopista, aprovechando las horas nocturnas para avanzar. Normalmente, en verano resulta más tranquila la conducción nocturna, sobre todo porque no hace calor, hay menos tráfico y los conductores nocturnos, en general, son mejores conductores.

Sunlight-autocaravanasLa velocidad crucero a mantener debe ser adecuada a las condiciones meteorológicas, en especial el viento y las del tráfico, sin olvidar las legales, evidentemente. Mucho cuidado con las vaguadas que se cruzan mediante puentes, debido al fuerte viento lateral que puede venir encajonado por el valle. Es esencial conocer los límites de velocidad del país donde nos encontremos, así como la viñeta si es que es obligada al circular por autopistas. En verano hay que vigilar la temperatura y presión de los neumáticos. No olvidemos que lo que llevamos entre las manos no es un turismo, sino un vehículo con mucha carga. Y hablando de carga, procuremos no pasar de los límites de carga máxima, ya que la policía con frecuencia suele pesar las autocaravanas y de forma muy fácil, ya que disponen de unas “alfombras” sobre las que nos harán colocar la autocaravana y al momento saben el peso. Son básculas como las que tenemos en nuestros baños, pero para vehículos y las multas pueden ser cuantiosas y, en algunos países, no admiten la tarjeta de crédito para su pago (ha de ser en efectivo).

Por el camino aparecen otros compañeros autocaravanistas. Hace 30 años era habitual saludarnos con luces o con la mano cuando nos cruzábamos. Una magnífica costumbre que cada día se va perdiendo. La camaradería y el apoyo entre compañeros son esenciales. En la medida de lo posible intento mantener la tradición y, desde luego, cuando llego a un punto para pernoctar y hay otra AC, si están visibles me acerco a saludar y, si es necesario echar una mano en una maniobra, me falta tiempo para salir a ayudar. No hago otra cosa que lo que me gustaría que hicieran conmigo.

Llegado el momento de pernoctar, hay que llegar al punto establecido en el GPS, según la planificación. Ya he comentado en anteriores artículos los criterios a tener en cuenta a la hora de pernoctar. Objetivo: descansar seguros.

Si ello es posible, recomiendo salir a la mañana siguiente con los depósitos en condiciones: plenos de agua limpia, vacíos los de grises y negras. Seguimos ruta. Se acerca ya en el punto de “no retorno”. En navegación marítima, como en muchas otras circunstancias, es el punto a partir del cual, en caso de urgencia, está más cerca el destino que el punto de partida. Un vistazo a relojes y pantallas del salpicadero ponen de manifiesto que todos los sistemas están funcionando correctamente, desde el motor a la música, pasando por el GPS, el control de velocidad, la presión de los neumáticos, el sistema eléctrico, etc.

conducir-autocaravanaEs primordial que cada vez que salgamos a la carretera efectuemos un control de los elementos mecánicos y accesorios de la autocaravana, por lo que viene muy bien dar una vuelta alrededor de la misma, observando ventanas de compás cerradas, puertas y portones adecuadamente cerrados, sujeciones de bicis y moto bien firmes, gas cerrado, calzos, cable eléctrico y manguera recogidos, antena parabólica y peldaño plegados, cerrados desagües de depósitos y, una vez dentro, debidamente estibados los cachivaches que llevamos a bordo, en especial, que siempre se olvida, el vaso con los cepillos de dientes, los armarios cerrados, las puertas correderas y la mesa del comedor sujeta, la escalera de acceso a la cama, el televisor, los elementos de la cocina… En fin, todo aquello que hemos usado durante la pernocta y que puede salir disparado durante el trayecto.

La primera noche de las vacaciones es una de las más agradables, aunque la pasemos prácticamente sin salir al exterior. Estamos en travesía, pero, aun a pesar de ello, no hemos de olvidar que hay que disfrutar: una foto aquí, una anotación allá servirán para ir preparando la fase de evocación del viaje.

Llegados a destino hay varias maneras de llevar a cabo la actividad. Si se trata de visitar una ciudad durante dos o tres días, mi recomendación sería buscar un área de AC’s que nos ofrezca la comodidad y seguridad adecuada. Comodidad para disfrutar de nuestras comidas o cenas al aire libre (no todas las áreas permiten sacar sillas y toldos) y seguridad de que nuestra casa rodante no va a ser invadida en la ausencia. Los traslados los realizaremos mediante medios propios (bicis o moto), o bien mediante transporte público. En ambos casos, tomemos buena nota de las coordenadas en las que nos encontramos, para poder volver, y asegurémonos de llevar los elementos de seguridad necesarios.

Si no encontramos un área en condiciones, mi recomendación es ir a un camping y desplazarnos con los medios propios disponibles, si no hay transporte público. En este caso es el momento de aprovechar la estancia en el camping para ese día de bien merecido descanso, donde dedicaremos el día a lavar ropa, si es necesario, y a hacer vida biológica: comer cuando se tiene hambre, dormir cuando se tiene sueño y poco más… Estamos de vacaciones. Quizás planificar mínimamente los próximos días.

viaje-autocaravanaEl retorno a casa lo haremos, a ser posible, por ruta diferente, al objeto de ver algún paraje interesante. Como estamos volviendo, se suele ir más deprisa. Es decir, nos tomaremos menos tiempo que para la ida; es como si tuviéramos ganas de llegar a casa de nuevo (cosa que, muchas veces, es verdad); pero no por ello hemos de descuidar los aspectos tenidos en cuenta a la ida. En ningún momento hemos de bajar la guardia en el aspecto de la seguridad, tanto viaria como de pernocta. Una vez de vuelta en el garaje de nuestra AC, es conveniente vaciar depósitos de grises y negras y dejarla en condiciones para volver a salir lo más pronto posible.

Tenemos que llegar a casa con la satisfacción de unos maravillosos días de asueto vividos a bordo de nuestra autocaravana: nuestra pasión, nuestra afición y nuestra forma de disfrute de la vida».

Créditos de las imágenes: Sunlight

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