Viajar en familia es siempre un aprendizaje, para pequeños y mayores: nuevas costumbres, culturas, enfoques… Si además viajamos con una casa rodante, le añadimos un carácter libre, una dinámica espontánea y metódica a la vez. Hablamos con 5 amig@s bloggers sobre cómo es la experiencia de viajar en autocaravana o camper con sus peques.
Al contrario de lo que muchos viajeros puedan pensar, la experiencia nos ha enseñado que viajar con niños enriquece, y no sólo a los más pequeños, sino a toda la familia. Superadas las primeras adaptaciones que casi todos hemos tenido que hacer y contando con dos armas infalibles: la calma y la paciencia, lo cierto es que viajar en familia nos ha aportado muchísimo más de lo que nos puede restar:
¡Fuera miedos! Volvemos a la naturaleza a mancharnos de barro, a mojarnos o a caernos y levantarnos cuantas veces sea necesario. Además, las actividades al aire libre nos hacen sentir como un equipo.
Gamificar el viaje es siempre una buena idea. Confeccionar un pasaporte lúdico para involucrar a nuestro hijo en la experiencia de viajar y hacer que él sea el protagonista, unirnos a jugar en familia con juegos interactivos como Club Marco topo o participar en actividades propuestas por museos han hecho que vivamos las experiencias culturales más intensamente.- Educar el paladar probando los platos típicos del lugar que visitamos es algo que nos encanta y que hemos transmitido con fervor a nuestro hijo. ¡Quién sabe, quizá tenemos en casa un futuro chef!
- Polonia, Marruecos o Albania son algunos de los países que hemos recorrido en los últimos años. Conocer otro tipo de culturas, costumbres y realidades nos ha hecho desarrollar en especial la empatía y tener una mirada más amplia de la vida. Un auténtico regalo para nuestro hijo.
Como veis, viajar en familia da vida. Es el modo más sencillo y efectivo de educar y educarnos en valores, de fortalecer nuestras relaciones disfrutando del simple hecho de estar juntos allí donde nos encontremos, jugando, aprendiendo, investigando o simplemente tomando un helado de limón. ¿Y vosotros, también viajáis en familia?
Muchas familias cuando tienen hijos cambian su forma de viajar porque viajar con niños es complicado. Nosotros no podemos estar más en desacuerdo. Cierto es que hay que cambiar hábitos, ritmos e incluso algunas visitas pero viajar con niños es una oportunidad fantástica para descubrir el mundo a través de sus ojos. Cuando ves la magia que desprenden los ojos de tu hijo al descubrir algo nuevo… no puede haber nada más bonito.
Cuando viajamos con niños hay planes dedicados a ellos pero es algo que nos enriquece como familia. Con Nuria, nuestra peque de 9 años, hemos viajado muchísimo: por España y también a Francia visitando las zonas del desembarco de Normandía, Alemania donde fuimos al Playmobil Fun Park, Portugal donde jugamos en la Vila Natal de Óbidos y Marruecos donde conocimos una cultura diferente. Nuria ha disfrutado cada viaje de una forma diferente y de cada uno ha aprendido algo nuevo.
Si viajamos con niños hay que adecuar las visitas y las rutas a sus capacidades. En las visitas a ciudades suelen aburrirse pero hay alternativas interesantes. Un buen ejemplo es Santa Pau con la mochila de Blanca o Marco Topo donde iremos descubriendo las ciudades a través de una pequeña gymkana. Otro recurso interesante para hacer más atractivo el viaje a nuestro hijos es el pasaporte lúdico.
Nuestra experiencia viajando con nuestra hija siempre ha sido positiva, lo que quita que hay momentos más complicados que también hay que afrontar.
Viajar con niños no es posible. Todo son protestas, gritos y enfados. No me creo que en vuestro caso no sea así. ¿En cuantas ocasiones has escuchado un argumento como éste? Nosotros muchas veces, más de las que nos gustaría reconocer.
Y no, no venimos a decirte que viajar en familia es exactamente igual que viajar en pareja o con amigos. Es muy distinto, pero igual de gratificante, porque a la vez que sigues descubriendo lugares y personas diferentes en tu recorrido, tus locos bajitos van absorbiendo cada enseñanza, toda la historia que les regalas y abriéndose a un mundo entero con ojos llenos de curiosidad.
Descubrir como los enanos son capaces de reconocer los lugares en los que han estado al ver en su colegio las fotografías de la torre Eiffel, la puerta de Branderburgo o las dunas del desierto de Marruecos y cómo lo muestran orgullosos a sus compañeros contando qué tienen de especial esos lugares es algo maravilloso.
Sin duda que la preparación de un viaje se convierte en una actividad más exigente, los niños son una batería de preguntas que a veces nos ponen en aprietos ante la arquitectura más compleja. Los juegos de palabras y las conversaciones sobre sus gustos deben ser imprescindibles en la subida a la montaña más dura para sus piernas. Y nunca podemos olvidar que los viajes, las vacaciones y las escapadas son para todos, así que siempre hay que buscar un día, en el que ellos son los verdaderos protagonistas del momento.
¡Viajar con niños Sí es posible, deja los miedos atrás y aprende con ellos!
Todo empezó a raíz del nacimiento de Manuela. Queríamos compartir con ella un hobby y estaba claro, tenía que ser viajando. Nuestra ilusión era comprarnos una autocaravana y así lo hicimos. Hoy por hoy, no podemos ser más felices. Además, nos emociona conocer nuevas rutas, contar experiencias y dar recomendaciones a familias que ya pertenecen el mundillo o que están a punto.
La experiencia más gratificante para nosotros es descubrirle a nuestra hija nuevos pueblos y rincones maravillosos.
Viajar con niños es una aventura y el tener una autocaravana ha hecho que viajemos mucho más de los que lo hacíamos antes, cuando solo éramos dos.
Viajar en autocaravana es un estilo de vida y es indudable la libertad y comodidad que te aporta a la hora de viajar con niños: puedes cambiar tu ruta en cualquier momento, no estás atado a una reserva y viajas sin horarios ni prisas. Sin duda, a nosotros nos ha cambiado la vida y no cambiaríamos esta forma de viajar por nada en el mundo.
- Disfrutar con los niños de la naturaleza en la isla de La Palma
Las familias que se decantan por el slow travel y les gusta disfrutar de la naturaleza tienen una cita obligada en La Palma. Con una población total que cabría entera en el Bernabéu, la isla ofrece seis ecosistemas diferentes y el encanto de la amabilidad canaria.
Al norte, los bosques de Laurisilva invitan a hacer senderismo con diferentes niveles de dificultad según la edad de los niños. En el Cubo de La Galga os veréis inmersos en un bosque tropical por el que hacer una ruta de una hora o más. Pero, sin duda, el momento más especial de la visita a la isla es el descubrimiento de la Cascada de Los Tilos. Un pequeño recorrido que en su inicio tiene zona de picnic. Ideal para un día con niños que puede terminar en un baño en las piscinas naturales de El Charco Azul, de acceso gratuito y con zona infantil.
En lo más alto de la isla, en el Roque de los Muchachos, más de 15 telescopios internacionales os harán sentir en una película de ciencia ficción. La joya de la corona es el Gran Telescopio de Canarias, el mayor telescopio óptico del mundo cuyo interior podréis visitar con las explicaciones de un guía. En mayo se inaugura el centro de visitantes para completar un recorrido más didáctico.
Al sur, desde el cráter del volcán de San Antonio podéis bajar hasta las Salinas de Fuencaliente atravesando un camino de lava negra, que termina en el contraste del blanco de la sal con el mar de fondo. Aquí los niños se sentirán como astronautas en la luna. La experiencia se puede completar con una observación de estrellas en cualquiera de los miradores astronómicos acompañados de un guía experto.
Al oeste se encuentran las playas y el tiempo más soleado. Desde el puerto de Tazacorte, animaros a ver los cetáceos desde un barco. Durante el recorrido entraréis en una cueva y veréis la bahía de los piratas. Aprovechad el viaje para concienciar a los niños de la importancia de la biodiversidad con una visita al Platanológico, en la playa de Puerto Naos.
Podéis alojaros en caravana, tienda de campaña o cabaña en el Área Recreativa de la Laguna de Barlovento, que cuenta con barbacoas con agua potable y toma de luz, parque infantil y un parque de multiaventura junto a un lago con patos. ¡Qué más se puede pedir!
Con sólo 6,99 m de longitud, este vehículo te ofrecerá tantas prestaciones como uno de mayor dimensión si lo que quieres es disfrutar del viaje en familia: el universo infantil creado en la parte trasera hará que los niños no quieran salir del vehículo.
