Al igual que en otros sectores, como el automovilístico, la pandemia de la COVID-19 ha provocado, especialmente desde el segundo semestre de 2021, una importante escasez de materiales y elementos para la fabricación de autocaravanas y campers, así como equipamiento. En consecuencia, los plazos de entrega de vehículos se han alargado hasta los seis meses de media, así como un aumento considerable del precio final. Profundizamos en una grave situación que afecta por completo al sector caravaning en España.
Dos crisis mundiales, una sanitaria y otra industrial, han provocado la ralentización en el crecimiento del sector caravaning en España. Según datos de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar) durante el año 2021, sacudido desde abril del año pasado por la crisis de los componentes, se han matriculado un total de 10.683 autocaravanas, campers y caravanas nuevas lo que representa un ligero aumento del 7,03% respecto al 2020, pero todavía un descenso del 6,4% respecto a 2019, el último año de “normalidad global”.
Desde mediados de 2021 la crisis de componentes ha comenzado a afectar a la fabricación de autocaravanas y campers, lo que ha generado un efecto en cadena que imposibilita fijar un plazo exacto de entrega a los distribuidores y un consiguiente aumento del precio final que puede llegar hasta los 6.000 euros, las distribuidoras han realizado pedidos en julio a un precio que después han tenido que subir.
El presidente de la Asociación Española del Comercio y la Industria del Caravaning (Aseicar), José Manuel Jurado apunta que “estamos viviendo una situación preocupante. Tenemos una amplia demanda de vehículos y eso genera confianza en el futuro, pero la oferta que podemos ofrecer a nuestros clientes es actualmente limitada. Tras un esfuerzo muy importante de todo el sector, el año pasado superamos la crisis de la pandemia provocada por la COVID-19, pero aún estamos inmersos en la crisis industrial y nos preocupa que llegue a ser más importante en este 2022”.
Como afirma el presidente de la Asociación para el Desarrollo del Caravaning en Madrid (Adecam) y gerente de Caravanas Holiday, Julio Barrenengoa, “esta situación genera una problemática para fabricantes, vendedores y clientes, ya que un mismo vehículo con prestaciones similares cuesta ahora alrededor de 10.000 euros más que hace un año. De hecho, se dan casos de particulares que compraron un vehículo hace un año, lo venden ahora y han ganado dinero”.
José Manuel Jurado subraya que “como en todos los sectores productivos, los problemas son de distribución y sus elevados costes y sobre todo la crisis de materiales (el acero, por ejemplo para los chasis), chips para motores o elementos electrónico, que tan necesarios son para la automoción. Pero, además, al caravaning le afecta el encarecimiento de materias primas como la madera o el aluminio, imprescindibles, para la construcción de los habitáculos de estos vehículos”.
La gerente de Tecnicaravan, Elena Prieto, cree que “la mayor subida de precio en los vehículos 2022 se ha producido por el cambio de chasis de Fiat, en el caso de McLouis o Mobilvetta ha subido lo que suele subir cada año, pero el incremento brutal que se ha notado esta temporada ha sido el cambio del motor de Fiat. De hecho las tarifas cuando nos las facilitan las fábricas a comienzo de temporada nunca se modifican y este año ya ha habido una subida intermedia que nos comunicaron en noviembre”.
“Nuestro margen de mejora sigue siendo el mismo, pero el vehículo nos cuesta más a nosotros, por lo que eso se traslada al precio final. Hay vehículos que entre la primera tarifa y la segunda que nos han trasladado ha habido un incremento de 6.000 euros”, apunta Prieto.
El caravaning continúa consolidándose como una atractiva alternativa vacacional en nuestro país, con nuevos compradores de todas las franjas de edad, pero la falta de vehículos en stock y los largos plazos de entrega están provocando que muchos de esos compradores se decanten por el alquiler o bien acudan al mercado de segunda mano.
Según la Asociación de la Industria y el Comercio del Caravaning (Aseicar), esta situación traducida en cifras, tiene su reflejo en la matriculación en 2021 de más de 15.000 autocaravanas de segunda mano (11.450 en 2020) y más de 6.400 caravanas (4.700 en 2020).
Elena Prieto añade que “el mercado de ocasión está muy demandado y en consecuencia ha subido muchísimo de precio. Hay mucha demanda y pocos vehículos. Aunque incremente el precio del vehículo usado, siempre va a ser un precio más económico que el nuevo, esa es la situación actual”.
José Manuel Jurado, presidente de Aseicar, pone el foco en que “con el paso de los meses la situación ha ido empeorando ya que nos entran novedades a cuentagotas y no podemos enseñar a nuestros clientes todos los vehículos que nos gustaría. Nos tememos que esta situación, aunque se arreglara hoy mismo, nos llevaría varios meses volver a la normalidad. Esperemos que antes de que acabe el año podamos, en parte, trabajar ya con un stock relativamente suficiente. Uno de los problemas se produce por la alta demanda de estos vehículos, también en el centro de Europa, esto hace que el producto llegue más tarde a los países del sur».
Créditos de las imágenes: Xavi Gómez