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¿Tracción delantera o trasera en las autocaravanas?

Hace casi dos años, nuestro amigo Javier Bruna, autocaravanista con décadas de turismo itinerante a sus espaldas, adquiría una autocaravana Frankia de 5.500 kg de MMA y nos hablaba de los pros de elegir un vehículo de grandes ocasiones. En esta ocasión nos da su opinión sobre la tracción en las ruedas de las autocaravanas.

normandia-JavierBruna«Hace un par de veranos me encontraba en un camping de la hermosa Normandía. Estábamos ubicados en una preciosa parcela alfombrada de un espeso césped que daba pena pisarlo con zapatos. Clásico día gris de verano, donde la humedad cala hasta los huesos y las volutas de las nubes evolucionan entre los verdes acantilados de la costa normanda, dándonos una sensación de sosiego y disfrute de la naturaleza que ahora, en el maldito confinamiento, ya nos gustaría sentir. Eran casi las 12 del mediodía cuando mi vecino de aparcamiento, a los mandos de una preciosa autocaravana de tres ejes y matrícula holandesa, se disponía a salir. Una pareja de mediana edad con dos niños a bordo. No olvidaré la cara de desesperación de mi vecino al intentar salir de su parcela y no conseguirlo. Sus ruedas motrices no agarraban lo suficiente como para mover la autocaravana. Fue imposible. Hubo que emplearse a fondo y utilizar algún elemento adicional para conseguir que saliera al asfalto. Era tracción delantera.

A la hora de elegir un vehículo, por poco aficionado que seas a la conducción, te planteas, entre otras muchas cosas, la tracción; si las ruedas motrices han de ser las de delante o las de detrás.

Normalmente, si se trata de un turismo o familiar, solemos escoger la delantera porque en conducción normal dicen que es más cómoda, que aguanta mejor las curvas en caso de cogerla con exceso de velocidad, mientras que la trasera tiende a derrapar con más frecuencia. Además, en condiciones extremas, con nieve o hielo, se domina mejor el vehículo con la delantera.

Aunque nunca me ha gustado la tracción delantera, reconozco que es verdad; sin embargo, no todo son ventajas: Tan solo mencionaré una: si por exceso de velocidad se produce un derrape, prefiero llevar tracción trasera, pues es más fácil de controlar y siempre se produce hacia dentro de la calzada, mientras que en la delantera su control es bastante más complicado y la tendencia del vehículo es desplazarse hacia el exterior de la calzada. Buena prueba de ello son los coches deportivos, los cuales -con alguna escasa excepción- son casi todos sobreviradores, es decir, de tracción trasera.

Si trasladamos estas reflexiones a nuestro mundo de viajeros empedernidos y con unos vehículos que distan de ser “deportivos para altas velocidades”, nos encontramos que la inmensa mayoría de autocaravanas llevan tracción delantera.

Si investigamos un poco, enseguida nos encontraremos con una respuesta más o menos como la siguiente: es mucho más segura en carretera. Sin embargo, no es esa la razón, pues dadas las características de una autocaravana, en raras ocasiones nos vamos a acercar a esas situaciones en las que necesitemos de las supuestas ventajas de la tracción delantera.

La principal razón es el coste, ya que resulta más barato el montaje del equipamiento sobre el chasis de un vehículo con tracción delantera, porque no hay elementos mecánicos de transmisión al eje trasero, entre otras razones. Se impone el coste sobre la funcionalidad.

En mi opinión y experiencia, prefiero la tracción trasera también en la autocaravana, por motivos diversos, de los que daré un par de ellos. El primero: el peso lo llevamos en el eje trasero, lo que me permite salir de una parcela de hierba mojada por la lluvia, con suma facilidad, mientras que una tracción delantera no podrá, puesto que sus ruedas motrices patinarán sobre la hierba mojada. El segundo: me permite llevar rueda gemela en el eje trasero, lo que aumenta el agarre, la estabilidad y la seguridad, por no hablar del reparto de pesos por neumático.

En autocaravanas que precisan permiso de conducir C (más de 3.500 kg), los fabricantes empeñados en la tracción delantera comienzan a montar el tercer eje, para resolver el problema del peso.

Nunca, a lo largo de los miles de kilómetros realizados en  mi ya dilatada trayectoria autocaravanística, y siempre con tracción trasera, me he visto en la necesidad de contravirar o compensar la trayectoria como consecuencia de un derrape sobrevirador, y jamás he necesitado de elementos exógenos para salir de una parcela, por muy resbaladiza que estuviera. Y la manida comodidad de la tracción delantera se esbafa(*) entre los dedos cuando se trata de una autocaravana».

(*) Esbafar: Palabra aragonesa equivalente a evaporar.

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