Ya llevábamos muchos fines de semana pensándolo, pero por una cosa o por otra, nunca habíamos podido dar el paso.
Hasta este sábado. Y eso que se levantó con una niebla de la leche. No se veía tres en un burro a dos pasos. Pero a eso de las once de la mañana empezó a despejarse, y a verse el sol … y no nos aguantamos más. Nos hicimos la media horita que tenemos para enganchar, y luego la horita y cuarto hasta el destino (costa vizcaína). Entre pitos y flautas, entramos al camping a las cuatro y media de la tarde (hasta esa hora no abren, puesto que en invierno pillan dos horas para comer).
Cuando llegamos el cielo estaba nublado, hacía bastante frío … y no mejoró.
Colocar la CV (con ayuda de otro campista, como no), nivelar (más o menos), meterle luz, distribuir todo por el interior (no puse ni avancé ni toldo), preparar el WC (que gran invento) …
A la hora de la cena, todo al microondas. Que gran invento II. Antes, claro está, montar una de las mesas. En menos de dos minutos está operativa.
Fuera se ha puesto a llover. Nos puede el cansancio. El enano está dormido hace rato (en la otra cama). Así que apagamos luces, nos metemos en los sacos … y entre el golpeteo de la lluvia en el techo, y el sonido del mar, nos dormimos en menos que canta un gallo. Que gozada.
Por la mañana, a las 8, todos en pie. El enano emocionado, nervioso por hacer cosas … y nos contagia. Sigue nublado, pero no llueve.
Hemos dejado la calefacción puesta toda la noche. Va a 220, así que la dejamos con tranquilidad, y además queríamos probarla. Pues funciona perfecta. De hecho, coincidimos todos en que hemos pasado calor. Para la próxima vez, bajaremos el termostato.
A desayunar. Y después, limpieza. Yo y el enano a fregar, y mi mujer a preparar para la vuelta (antes de las 12 hay que salir). Cuando está todo listo, nos vamos a la playa (tenemos un par de horas antes de enganchar). Balón y cometa nos ocupan todo el tiempo al enano y a mí. Y mi mujer, con la cámara. Esto hay que inmortalizarlo.
Cuando llega la hora, volvemos. Enganchar es más sencillo que desenganchar … aunque menos apetecible. Luces perfectas, espejos … y otras dos horas para dejar la CV en su sitio. A la hora de comer, estamos de vuelta en casa.
Felices.
Por fin la hemos estrenado. Y nos ha encantado.
Durante esta semana, prepararemos el próximo fin de semana, pero desde el viernes. Eso, si la nieve lo permite.
Perdonad por el tocho.
Saludos.
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